Entramos ya en faena. Como creo que comenté, la idea es empezar las reformas del piso de arriba y habitar la planta baja. El piso superior, originalmente, era una habitación grande con su pequeño vestidor, la que bautizamos como “la habitación del castigado o zulo”, que era una habitación donde apenas cabía una cama y se accedía desde el dormitorio principal. El resto de la planta, lo que se llama cámara: el desván de toda la vida.
La cosa empieza rompiendo el falso techo de escayola, para ver el estado de la cubierta de madera. No sólo eso, sino porque tenía unas grietas que había que ver el origen. Resulta que a base de martillazos, se rompe la escayola, y vemos que está sujeta a un entramado de chamizo, y éste claveteado a las vigas de madera del techo. Una puta mierda. Bueno, era como se hacía antes, pero para quitarlo, pues a base de maceta (martillaco gordo). Y a golpes hasta que se soltara. Y luego quitar el chamizo. Un currele majo. Menos mal que aquí tuve ayuda!
Os pongo fotos de la casa original. Es una mezcla de cuéntame y la casa de los horrores:
Este es el hall de entrada. Foto tomada desde la puerta de entrada:
Este es el baño de la casa. Tenía la toalla colgada todavía! Más tiesa que la difunta señora
Este es el dormitorio principal de la primera planta. La colcha es de museo:
Aquí el principio de romper el falso techo. También aproveché para ver cómo era el muro, si es de carga, si tenía viga, en qué estado estaba, descubrir la zapata… bueno, estas cosas que tienes que ver para saber si es viable dejarlo todo diáfano o no, porque planos, lo que son planos, pues no estaban de moda en esa época. Descubrí que la luz de 10 metros que tiene, tenía un pilar en medio, y dos vigas una a cada lado. El estado de las mismas era correcto, aunque la madera tenga ese color oscuro, estaban sanas.
Este es el lío que se monta. Alucinas la cantidad de sacos que empiezas a sacar. Al principio, en plan formales, los bajábamos por las escaleras. Al poco, descubrimos que tirándolos por el balcón conseguíamos lo mismo y sin cansarnos tanto. Así que… todos los sacos por la ventana!
Aquí ya retirado un 25% del falso techo, y más o menos recogido todo. Es una panorámica para que os hagáis una idea del espacio. La primera puerta, de izquierda a derecha, es la habitación del castigado. La segunda, el acceso (por ahí vas a las escaleras) y la tercera, la del armario/vestidor.
Parece poco, pero retirar todo ese puto falso techo fue la muerte. Las agujetas en los brazos, majas. Pero bueno, descubrimos que la estructura de palos y soporte estaba en buen estado, y el siguiente paso claro: meter aislante. Ahí no había nada de nada de aislante. Así que lo siguiente es rellenar entre los palos con lana de roca.
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